sábado, 28 de febrero de 2015

Me siento triste y melancólica, así que no puedo dejar hoy otra entrada que no sea esta.


  No comprendo…

  No siento…

  No percibo…

  No noto el paso del tiempo, que resbala por el mundo moviendo este preciso mecanismo, haciendo pequeños cambios que solo yo puedo apreciar.
  No vivo aunque mi corazón late…
  No respiro aunque mi pecho se mueve…
  No pienso aunque mi cerebro trabaje a toda velocidad, rescatando recuerdos que creía olvidados…
  Mis ojos ven imágenes muertas. Río pero mis risas suenan vacías, me siento tan muerta, que por fin en perfecta armonía con mi alma, comprendo. Mi cuerpo y mi ser trabajan por separado.
  Mi cabeza reacciona, pero no mis sentimientos. He dejado mi vida para convertirme en algo mas, soy nada, soy aire.
  Oigo los latidos, pero no son los míos, si no que son los impulsos que mueven este mundo.
  No se si esto es felicidad, pero no lo creo, simplemente, es tranquilidad, paz. 
  Me he desprendido de mis sensaciones y de mi cuerpo para conseguir fundirme con la vida. Lo soy todo, pero a la vez no existo.
  Sin mí, nada aquí seria igual, pero nadie se daría cuenta. Todo seguiría funcionando, pero aquí y allá fallarían cosas, quizás alguien echara algo de menos, pero nunca adivinaría el qué. 
  Por primera vez soy yo, sin que la materia suponga ningún inconveniente.

  Simplemente vivo…

  Simplemente existo…

  Simplemente… Soy...

(la de la foto soy yo en París hace... algunos años)

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