Escuchando una y otra vez las notas que hacia ti mis pensamientos conducen... Alguna presencia extraña, algún sentimiento inexplicable guía mis dedos sobre las teclas, intentando explicar con paciencia que mi amor por ti no es ninguna cosa ligera, como el vuelo ligero de la sonrisa que haces aparecer cada vez que te veo...
Sintiendo otra vez esos escalofríos en mi espalda con cada nota que toca el acordeón, que parece hablar desde lo mas dentro de mi corazón. Todo el alma volcada en una sola canción... Oh, ¿que es esto si no amor?
Quiero que me hagas volar de ilusión sobre las yemas de tus dedos, quiero ser la muñequita de tu caja de música, eterna bailarina al son de una interminable canción, siempre feliz, dando vueltas y vueltas incansable hasta que tu cierras otra vez la tapa de mi corazón, y allí me quedo a esperar con ilusión que vuelvas a recordar, y que regreses y abras de nuevo la caja que todo mi amor contiene, para poder bailar otra vez solo para ti...
Como un niño pequeño dando vueltas en un carrusel que espera que nunca pare, asombrado con la música, y las luces que giran y giran, aferrado a su caballito de madera en un eterno viaje al reino de los sueños, pero es que todo, incluso los sueños, debe acabar.
¿O no?
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